miércoles, 3 de abril de 2013

¡¡¡ Enhorabuena !!!

Sí, compañeros, enhorabuena, a todos. Enhorabuena al presidente del Comité de Empresa de la APS por el resultado de la sentencia relacionada con el atropello que la Autoridad Portuaria había cometido contra él. Enhorabuena al resto de trabajadores porque todos hemos sido parte en ese juicio, todos hemos ganado y a todos esa sentencia nos abre un camino que a muchos el miedo les impedía explorar. Enhorabuena porque aprendemos que no debemos dejarnos amedrentar, que no podemos someternos, que hemos de luchar contra la injusticia, contra las decisiones irreflexivas y autoritarias, contra la sinrazón, porque  a través de esa lucha, siempre, incluso sin el apoyo de los jueces en sus resoluciones, vencemos, porque mostramos nuestro desacuerdo, porque plantamos cara, porque no permitimos que nos aplasten impunemente, porque mantenemos la dignidad… Y, finalmente, enhorabuena a la empresa. No a los que los que la mal dirigen, a los que muestran actitudes despóticas y trasnochadas, no,  enhorabuena al Puerto de Santander, al puerto de todos. Ese puerto que tiene la obligación, por lo que representa como estandarte político y económico, de ser ejemplo de transparencia en su funcionamiento interno, de ser un referente en el respeto a los derechos de los trabajadores, ese que debe ejercer de vanguardia en cuanto a la aplicación de medidas sociales y conciliadoras y que no puede tener otro papel que no sea el de faro que guie al resto de las empresas de esta tierra en la aplicación de nuevas formas de gestión de personal. Al Puerto, a nuestro Puerto, al que todos queremos, no al que habían robado ese papel, al que habían arrebatado su importancia, sino al que, con esta sentencia que obliga a los que le tienen secuestrado a cambiar sus hábitos de conducta, gana credibilidad, recupera algo de la esencia de respeto y servicio público que nunca debió perder y airea un tanto su fétido funcionamiento interno.

Este proceso, no solo por su resultado, sino por su desarrollo, ha sido un rayo de esperanza para esta casa, ya que ha generado una reacción social sin precedentes con los compañeros del expedientado mostrando su respaldo de forma unánime frente al desmán empresarial. Esto es, al mismo tiempo, motivo de alegría y de tristeza. De un lado se ha demostrado que los trabajadores tienen claro el objetivo y están unidos frente a la maquinaria de la Dirección, pero en el otro ha puesto de manifiesto que la autogestión ha sido más efectiva que la cesión de responsabilidades a unos representantes sindicales enredados en luchas personalistas que en poco ayudan a la resolución de problemas pero en mucho al descrédito de la figura de un comité que, a pesar de encontrarse ante una medida contraria a la ley y al sentido común, y con un clima social inmejorable, fue incapaz, siquiera, de convocar una sola movilización de apoyo a su Presidente.

Siendo triste el proceder sindical, el número de los payasos del circo portuario ha vuelto a venir de la mano de la empresa, que se reitera en el ridículo, aumentando el descrédito de sus dirigentes. Desaprovechando una oportunidad inmejorable de acercar posturas con los trabajadores, la Dirección ha preferido respaldar, y no es la primera vez, la errática y paranoide conducta de un jefe intermedio embarcado en una cruzada contra todos aquellos que no tragan con su proceder antes que delimitar de forma estricta su campo de actuación. De ciencia ficción consideramos la propuesta de expediente porque alguien responda de forma negativa a la exigencia de venir a trabajar en su periodo de libranza, pero lo que de verdad genera sonrojo, indignación y repugnancia es que los que debieran velar por el respeto y la pulcritud en los procedimientos internos de una empresa pública de esta relevancia, observando el efectivo cumplimiento de la ley, se echen en brazos de los que la incumplen de forma sistemática llevándonos a una espiral de denuncias, judicialización del día a día de la empresa y un rosario incesante de sentencias judiciales condenatorias.

Reiteramos la felicitación al compañero por su victoria, que es la de todos, y esperamos que este sea el punto de inflexión que anime a todos aquellos que sufren situaciones de injusticia a plantar cara a la empresa. Contarán con todo nuestro apoyo. Debemos perder el miedo, tenemos que pararles los pies.

Salud compañeros

¡DIGNIDAD Y LUCHA!  



No hay comentarios:

Publicar un comentario